Detección de incendios, prevención contra el fuego
Uno de los mayores beneficios de la automatización es que provee soluciones que ayudan a cumplir la normativa en temas de seguridad para cualquier inmueble, entre ellas están los sistemas de detección de incendios, un producto que responde satisfactoriamente a los requisitos que fija la normativa NSR-10 en su título J para la protección contra incendios en edificaciones.
Los sistemas de detección de incendios tienen como objetivo, más allá de reducir en lo posible el riesgo de incendio en un edificio, evitar su propagación tanto adentro como en las estructuras aledañas, facilitar las tareas de evacuación, simplificar los procesos de apagado y minimizar el riesgo de colapso. Es decir, son una completa herramienta que dota a todas las construcciones de las condiciones necesarias para salvar vidas a través de la detección temprana y automática de conatos de fuego, la alarma oportuna del suceso para iniciar la evacuación y la notificación inmediata y autónoma a los organismos de emergencia. En algunos casos, cuando la solución es robusta e incluye equipos de extinción como rociadores o agua pulverizada, también son los encargados de activar las medidas de control.
El principal componente dentro de sistemas de detección de incendios son los detectores, los cuales pueden ser de humo, térmicos o inteligentes porque combinar diversos sensores. Los primeros como lo indica su nombre se activan al notar la presencia de humo mientras los segundos lo hacen cuando advierten un incremento en la temperatura. Por otro lado los más avanzados incluyen tecnologías adicionales como cámaras fotoeléctricas, sensores electroquímicos de células para el hallar monóxido de carbono producido por el fuego, y sensores infrarrojos.
Es evidente que al igual que otros productos de automatización, los sistemas de detección de incendios buscan contribuir a la confiabilidad en la gestión de edificios y a la optimización de los procesos de seguridad y funcionalidad; sin embargo el principal valor de incluir este tipo de utilidades en una construcción, es dotarlas de un valor agregado que impacta positivamente en la productividad y el bienestar de sus ocupantes así como en su valor comercial.

