Un paneo por el circuito cerrado de televisión
El circuito cerrado de televisión es un sistema de seguridad electrónica de soporte y respaldo a operaciones de seguridad y vigilancia, por tanto es uno de los productos de automatización más implementados en edificios e inmuebles de diversa índole como parqueaderos, centros comerciales, hospitales, museos, entidades públicas, bancos, hoteles, etc.
En términos generales, un circuito cerrado de televisión es una utilidad que se compone de dispositivos electrónicos que permiten la visualización y registro de imágenes en tiempo real; asimismo la consulta de eventos ocurridos en el pasado para tomar evidencia que sirva como punto de investigación sobre incidentes o situaciones de emergencia.
Específicamente, un circuito cerrado de televisión está conformado por cámaras, medios de transmisión, dispositivos de grabación y módulos auxiliares. El primero de ellos, las cámaras, son el componente de captura y se pueden instalar en interiores o exteriores, ser fijas, móviles o dinámicas; análogas o con tecnología IP. Le siguen los medios de transmisión, los cuales hacen referencia al tipo de cable empleado para la entrega de datos. Los más usados son el coaxial siempre y cuando cumpla ciertos parámetros, el UTP, la fibra óptica y la transferencia inalámbrica.
Los otros equipos restantes son las herramientas de registro y las unidades adicionales. Los aparatos de grabación son de dos categorías, análoga y digital, cada una con ramificaciones. Por último están los módulos auxiliares, que básicamente son los monitores que reproducen la información proveniente de los componentes de captura. Las pantallas más usadas son las de tecnología LCD y CRT (tubo de rayos catódicos), la segunda cada vez más en desuso.
Si bien queda mucha información por presentar acerca de un circuito cerrado de televisión, sus estándares y desarrollos, es evidente que, al igual que otros sistemas de automatización, es indispensable en las construcciones de hoy porque contribuyen a la seguridad y tranquilidad de ocupantes y visitantes; asimismo porque mejora los procesos de administración y reduce costos al eliminar la necesidad de un numeroso personal para las labores de vigilancia.

